En las últimas jornadas
se ha suscitado en el
facebook,
un caluroso debate,
apasionante e intenso,
acerca de la poesía,
su génesis y concepto
y si ha de ser la rima
imprescindible al efecto,
o es algo ya caducado,
cursi, anacrónico, viejo.
Para centrar la cuestión,
de un axioma partiremos,
y es que la Real Academia
que establece lo correcto,
afirma que es esencial
ir en busca de lo bello;
novela, drama, relato,
ensayo, artículo, cuento,
podrán llamarse poesía,
usando tal argumento
siempre que su resultado
quede armonioso y estético.
Establecido este punto
la discusión yo la pierdo,
más como soy atrevido
obstinado o, más bien, terco,
pesado, recalcitrante
y en política incorrecto,
proclamo solemnemente,
con el debido respeto,
en esto mi disidencia
y mi franco desacuerdo,
pues solamente es la rima
la que justifica el verso.
Así en estricto sentido,
más vulgar, común, del pueblo,
la poesía ha de rimar
de ahí su atractivo y su
mérito;
el hechizo de su ritmo,
su seductor tintineo,
esa musicalidad
que le otorga el don al genio,
el arte de los vocablos
que se combinan alternos,
buscando cada palabra,
eligiendo cada término,
ajustando cada sílaba,
con tesón y con esfuerzo,
para así hacer reír, llorar,
ahondar en los sentimientos
y llegar al corazón
con su inconfundible sello.
Esta idea peregrina
que en pocas líneas he
expuesto,
ha creado gran enfado,
inquietud y desconcierto.
Que si les saco de quicio,
que les pongo de los nervios,
que solo busco hacer sangre,
que soy obtuso y abyecto,
¡por expresar mi opinión!,
perdonen pero no entiendo;
no se admite oposición
en este asunto tan serio,
solo eruditos, filólogos
y los que mandan en esto,
establecen la doctrina
por la que se rige el género.
¡Pero, si tienen razón!,
proclamado lo he primero
que los que escriben en prosa
y en renglones van partiendo
lo que seguido sería
más armónico y correcto,
ignorando la sintaxis
y sus reglas transgrediendo,
¡pues que se llamen poetas!
que tienen todo el derecho.
Es poesía lo que sale
de la pluma o de los dedos
y así todos tan ufanos,
orgullosos y contentos.
Mas, la verdad, me sorprende,
estupefacto me quedo,
cuando los que ni una rima
han escrito en su cuaderno,
proclaman que a ellos les
gusta
Calderón, Lope, Quevedo,
Bécquer, Espronceda, Lorca,
Machado, Gerardo Diego,
incluso hasta ¡Gloria
Fuertes!
y su estilo limpio y fresco.
Son magníficos, geniales,
insuperables, maestros,
a ellos loas, homenajes,..
¡es lo que tiene estar
muerto!
Que la rima no se lleva
en el lenguaje moderno,
es casposa, encorsetada,
oprime nuestro talento
en una jaula oxidada
de estructuras y preceptos.
¡Que Viva la Libertad!
y a ver quien discute eso.
Alguien ha escrito en el blog
con mesura y con acierto
que incluso lo que se hace
actualmente en los medios
es el ridiculizar
a aquel que rima sus versos;
otra amiga comentó
en un concienzudo aserto
que no se lleva el amor,
lo que es claro, puro ,
tierno,
los sueños, las
ilusiones
la alegría, los recuerdos.
Se prefiere la tragedia,
la confusión, lo inconcreto,
la desdicha de vivir,
el filosófico miedo
de la muerte, quienes somos,
la tristeza, el desconsuelo,
el vacío existencial,
la aflicción y el desaliento;
se traslada así a los temas
la oscuridad de los métodos.
Y que decir de concursos,
de certámenes y premios.
Jurado, no has de apreciar
jamás romances, sonetos,
décimas ni redondillas,
octavas o serventesios,
antes galardonarás
al más deficiente texto
aunque sea incomprensible
o esté de faltas repleto.
Disculpen la pesadez,
de estos ripios tan extensos,
si han llegado hasta el final
de este absurdo manifiesto
de veras he de decir,
profundamente agradezco
los minutos empleados
en tan trabajoso empeño;
al fin y al cabo es genial
que interese lo poético,
resulta hasta extravagante.
en los tiempos que corremos.
Y ya para terminar
este asunto tan polémico,
admiro a todo el que escribe,
tiene mi estima y afecto,
pero, repito, soy simple,
carca, retrógrado, muermo,
descarado e ignorante
y en política incorrecto,
y para mí la POESÍA,
tiene ritmo, RIMA y metro,
la clásica, genuina
y la AUTÉNTICA, ¡lo siento!
